Mis encuentros y desencuentros con la lengua española son fruto de mi experiencia, de mis conocimientos y de mis deseos de expresarme con fundamento para poder transmitir, en especial a mis alumnos, lo que yo pueda abarcar.
Como una cosa natural, como el agua que corre por los caminos más aptos, desarrollamos una comunicación cuyo vehículo es la lengua, la que nos ha tocado, pero el discurrir del tiempo me va a revelar la fortuna que radica en que esa lengua sea el español.
Uno empieza a estudiar y se pregunta muchas cosas, cosas que no acaban de encajar, pero uno espera llegar a obtener todas las respuestas, lo que uno no sabe es lo que va a tener que poner de su parte para que eso sea así.
Las primeras preguntas son cronológicas, ¿cuándo?, después topológicas, ¿dónde? Y en una sucesión de causa-efecto se va completando el esquema, a veces muchas cosas están relacionadas, otras son inconexas, pero todas ayudan a completar el panorama.
En ese devenir, la necesidad de tener respuestas es más acuciante cuando debes explicarlo y hacerte entender (y busqué en Holton, Gamow, Kuhn e incluso Platón y Aristóteles). Así aparece en mi horizonte, por ejemplo, la cosmología, la gravitación, el Universo y el deambular de Kepler (por una Europa siempre en guerra por diferencias de diversa índole) que acaba en una corte, Praga, cuyo monarca, Rodolfo II, habla español, ha sido educado en España (en El Escorial) y, siendo católico, permite vivir y trabajar a personas con otras creencias.
Volvemos a las preguntas: ¿Qué ocurría en tiempos del Emperador Carlos V? (un emperador que se coronó en Bolonia, hablando español, habiéndose criado en flamenco, pues hablaba en español con Dios). ¿Eran problemas de religión? No, era el deseo de no obedecer ni al Papa ni al monarca, erigirse señores feudales con propia ley y propia religión a la que someter a sus súbditos (volvemos a la Alta Edad Media). ¡Qué oportunas las tesis de Lutero!
Paralelamente, el llamado “Defensor de la Fe”, Enrique VIII, de repente, por un amor imposible, necesita divorciarse de Catalina de Aragón, española, o ¿necesita las riquezas de los monasterios para ese reino ruinoso? Tratándose de un rey casi medieval, se va a unir de nuevo el poder civil y el poder religioso (cesaropapismo), o sea, ¡otra vez! Confundir delito y pecado, no católico, no español.
Con el uso de palabras confusas para manipular la Historia, cambiando el significado original, como imperio vs. imperialismo, conquista y conquistador español vs. colonos y colonias con intención de explotar recursos y personas, ilustrado frente a afrancesado, latino vs. hispano (término que utiliza el imperialismo para denigrar a los demás habitantes de América de habla hispana), se evidencia que el lenguaje es portador de Civilización e Historia.

Pero el español no está hecho de monosílabos y onomatopeyas, sino que conjuga los verbos hasta lo más intrincado, tiene presente, pasado en todas sus variantes y, sobre todo, futuro, además de condicional, distingue los verbos SER y ESTAR, no necesita del latín para las designaciones cultas, pues ya las tiene incorporadas, o sea, es un lenguaje elaborado y desarrollado. Para completar mi conocimiento, abordé la Lingüística de Saussure y comprendí que introducirla en la enseñanza era la manera de eliminar la Gramática española de Nebrija para que los alumnos no sepan expresarse y, de paso, odien la Lengua Española.
Y en busca de los orígenes de la lengua española me encuentro en San Millán de la Cogolla, empezando una ruta, un camino del español que me hace seguir hasta Lebrija (puerto del lago Ligustino), cuna de Nebrija, pasando por Zalamea de la Serena, buscando a D. Pedro (“Al Rey, la hacienda y la vida se ha de dar, pero el honor es patrimonio del alma, y el alma sólo es de Dios”), uniendo el valor, el honor y el español, sólo en cuya lengua pueden hacerse versos, me topé con el palacio de Zúñiga, dentro de cuyos muros escribió Nebrija su Gramática, nuestra Gramática, cerrando así uno de mis círculos en torno a la Lengua Española.
Cuando estuve en Ginebra, fui requerida para enseñar Física y Matemáticas a alumnos de Escuela Internacional en español, ¡VAYA! Si no, no había quién aprobara la selectividad en Berna.
¿Cómo explico el Universo? ¿Cómo el devenir del movimiento? Aquí descubrí que en español tengo el verbo SER y ESTAR, “La Tierra ES en movimiento” respuesta a la sucesión de causas, los porqués de las cosas.
Gustavo Bueno explica en español, solo en español aprendemos que ESPAÑA ESTÁ, está aquí (España frente a Europa), está en el confín del Imperio Romano Occidental, y es la que por ello tiene proyección atlántica y mundial.
No es casualidad que, a la vez que se consolida la Reconquista de la Península Ibérica, Isabel I de Castilla (la Católica) indica a Nebrija la necesidad de estructurar la nueva lengua que se iba forjando y así, en 1492, ve la luz su Gramática, nuestra Gramática española, el neolatín. (El sueño de un gramático, Elio Antonio de Nebrija).
Yo enseño Física, y junto a mis alumnos necesito saber en qué contextos se desarrolla desde la más remota antigüedad. ¿Cómo y en qué idioma logro aprender y comprender hasta los matices de principios filosóficos, físicos y metafísicos?
Cuando en la enseñanza nos hemos saltado los pilares de la Física, de las Matemáticas, de la Gramática Española (de Nebrija), etc., y hemos pasado (nos han hecho pasar) directamente a poner en órbita los satélites, informatizar (e incluso robotizar) todo, vivir un mundo virtual, dirigimos a los jóvenes a un rechazo total al conocimiento, potenciando la banalidad. Aceptando términos lingüísticos sin sentido, abandonando las operaciones básicas y las leyes elementales, hemos llenado el mundo de los alumnos de conjuntos, morfemas, sintagmas y toda la estratosfera para conducirlos directamente a la ignorancia total. Esta tarea no está consolidada debido a que aún estamos ejerciendo las personas que hemos tenido una formación más completa y rigurosa, esa es la “resistencia”.

Podemos seguir preguntándonos si en el dominio de la lengua española radica que los militares españoles no eran simples soldados; casi sin excepción han sido científicos, cosmólogos, matemáticos e incluso insignes escritores (un cosmógrafo en la corte de Felipe II) o, ¿Qué hacía Cervantes en Lepanto? El dominio de esta lengua aporta el dominio del conocimiento. ¿Cómo se navega hacia el Océano?. ¿Haciendo solo cabotaje?. ¿Cómo se sabe volver de Asia y dominar el “lago español”?. ¿Cómo se descubren océanos y continentes?. ¿Sin medir el meridiano?. ¿Qué se aprendía en la Escuela de Mareantes de Sevilla?.
Thomas Jefferson, que fue el tercer presidente de Estados Unidos entre 1801 y 1809, uno de los Padres Fundadores del país y el principal autor de su Declaración de Independencia, era un lector habitual del Don Quijote, obra que leía en español. Es más, obligaba a sus hijas a leer 10 páginas diarias de la obra de Miguel de Cervantes, algo que recomendaba a sus conocidos y a cualquiera que tuviera interés en la política, porque consideraba que el español era una lengua básica en el futuro devenir de Estados Unidos, y era consciente de que la Historia de América se había escrito hasta entonces en español.
En español estudiamos (Física, Filosofía, Matemáticas …), en español hablamos (“tal cual escribo” decía Teresa de Jesús), escribimos incluso poesía mística. Y en español, pensamos.
Véase también
Referencias
- Jefferson, el presidente de EEUU que hacía leer El Quijote en español a sus hijas – The Hispanic Council
Enlaces externos
- El español en el mundo – Centro Virtual Cervantes

Margarita González Ortiz es Catedrática de Física y Química, e imparte cursos de Doctorado en Formación de Profesores.